sábado, 30 de mayo de 2009

Hostigamiento a profesionales que intervienen en caso de abuso

Elba Degrossi Fuente Pagina 12

Sociedad
Miércoles, 27 de Mayo de 2009

Hostigamiento y amenazas a profesionales que intervienen en casos de abuso de niños con el lema “ojo por ojo, hijo por hijo”

Son reconocidos profesionales de diversas áreas que trabajan en casos de abuso sexual y maltrato infantil. Una campaña de sectores afectados por su labor busca desprestigiarlos en Internet, con pintadas y afiches. Ya hubo también amenazas de muerte. Enrique Stola, Nora Schulman y Juan Pablo Gallego, tres blancos para las amenazas y ataques.

Por Mariana Carbajal

Reconocidos profesionales que intervienen en casos de abuso sexual infantil y maltrato están siendo difamados y amenazados a través de páginas y sitios de Internet, con pintadas y volantes en la zona céntrica de Tribunales y por mails de grave contenido enviados a sus casillas particulares. Los ataques provienen de “personas que se sintieron afectadas por sus intervenciones profesionales en las instancias judiciales en las que fueron denunciadas, con la intención de amedrentarlos y mellarlos en su defensa y protección de los niños afectados, intentando de este modo impedirles cumplir su función profesional”, denunció la Asociación Argentina para la Prevención del Maltrato Infanto-Juvenil (Asapmi), una entidad que agrupa a especialistas de distintas disciplinas que trabajan en la temática y que encabeza María Inés Bringiotti, directora del Programa de Investigación en Infancia Maltratada, de la Facultad de Filosofía y Letras (UBA).En la larga lista de profesionales que están sufriendo hostigamientos y agresiones –en algunos casos hasta golpizas– figura el psicoanalista de niños y adolescentes Jorge Volnovich, los abogados Juan Pablo Viar y Juan Pablo Gallego –que representa a una de las querellas contra Julio César Grassi–, el psiquiatra Enrique Stola, que asistió y brindó contención a “Ezequiel”y “Gabriel”, dos de los jóvenes que denunciaron al cura; Nora Schulman, directora ejecutiva del Comité de Seguimiento de los Derechos de la Infancia, y hasta Eva Giberti, directora del Programa Las Víctimas contra las Violencias, del Ministerio de Justicia de la Nación. “Ojo por ojo, diente por diente, hijo por hijo” fue una de las últimas amenazas que le llegaron por correo electrónico a Viar.Cada martes, un grupo de padres se reúne frente a Tribunales y con una radio abierta montada en un automóvil vocifera en contra de jueces de Familia de la Capital Federal. Entre los manifestantes muchos han sido denunciados por violencia familiar y tienen o han tenido alguna restricción en las visitas con sus hijos por medidas dispuestas por la Justicia.El mecanismo se repite. La jueza de primera instancia en lo civil Miryam Rustán de Estrada denunció que recibió amenazas durante el último fin de semana luego de ordenar el desalojo del Hogar San José Obrero, de la Fundación Felices los Niños, tras realizar una investigación sobre las denuncias de abuso sexual y malos tratos contra chicos allí alojados. El abogado Juan Pablo Gallego, que representa al Comité de Seguimiento de la Convención Internacional de los Derechos del Niño en el juicio contra Grassi, también es blanco de ataques, al igual que otros profesionales que intervienen en causas judiciales contra otros hombres, investigados por abuso sexual o incesto, pero que no son famosos como el cura. Como Viar. En los últimos tres meses, Viar fue centro de una campaña de desprestigio que incluyó carteles pegados en los alrededores de su estudio jurídico, en el microcentro, y de Tribunales, y reparto de volantes con mensajes que lo señalaban como pedófilo. También recibió amenazas de muerte, según reveló a Página/12. Algunas le llegaron por correo electrónico como anónimos o con la firma de Agustín Pedro Castelli, el nombre de una persona que se suicidó casi una década atrás. Viar asesoró jurídicamente a su ex esposa, en una causa contra Castelli por violencia severa contra la mujer y sus hijos.En un comunicado de prensa, Asapmi alertó que los ataques provienen de personas que “se presentan a sí mismas como víctimas, intentan desresponsabilizars e absolutamente por los hechos que derivaron en la instancia judicial en la que los profesionales actúan, ya sea como abogados/as o como peritos, cuando sus dictámenes o conclusiones no los favorecen”.Stola contó a Página/12 que hace poco menos de un mes le abrieron un perfil en Facebook y un blog en Internet a su nombre, a los que le llegan mensajes difamatorios. Stola recordó que en los últimos tres años sufrió además tres ataques en su domicilio particular y numerosas amenazas de muerte, después de brindar asistencia psiquiátrica y contención a dos de los jóvenes que denunciaron a Grassi. Stola declaró en el juicio contra el sacerdote. “En una oportunidad me fajaron, me dijeron que me dejara de joder con el cura. Eso fue en marzo de 2006. Después me metieron una denuncia penal diciendo que no era psiquiatra. La causa finalmente ya se cerró. Y en el último año me han hecho también campañas por Internet difamatorias” , describió Stola, que sufrió un cuadro de estrés postraumático como consecuencia de la persecución.“La situación es muy grave –describió a Página/12 Bringiotti–. Costó mucho visibilizar el problema del abuso sexual en la sociedad, no sólo en la Argentina. Hay profesionales que han tenido que dejar casos porque no pudieron soportar más el hostigamiento” , denunció. Algunos han sido denunciados por injurias u otra causa por imputados de abuso sexual y tuvieron que enfrentar costosos juicios, entre ellos especialistas de la Unidad de Violencia Familiar del Hospital Pedro de Elizalde, de la ciudad de Buenos Aires, encabezada por Norberto Garrote, señaló la titular de Asapmi.Bringiotti está llevando adelante un estudio de prevalencia de situaciones traumáticas en la infancia y la adolescencia. “Estamos encontrando que el 75 por ciento de los chicos que fueron abusados no se lo contaron a nadie. Las secuelas del abuso son de las más graves que puede tener un chico junto con las guerras”, advirtió la directora del Programa de Investigación en Infancia Maltratada de la UBA. “Es muy importante que la publicidad de estos hechos llegue a la comunidad, para que ésta no se vea sorprendida en su buena fe, y la defensa de los niños/as abusado/as sea la prioridad, tal como lo indica el cumplimiento de la Convención sobre los Derechos del Niño”, destaca el comunicado de Asapmi.El fenómeno del ataque a profesionales comprometidos con la denuncia del abuso infantil no es exclusivo de la Argentina y se conoce como “backlash”. La reacción se produce y se profundiza a medida que se visibiliza y se denuncia cada vez más esa problemática. Para Bringiotti sería muy importante la aprobación de una ley que dé protección a los profesionales que trabajan en el tema, como existe en otros países.© 2000-2009 www.pagina12. com.ar República Argentina Todos los Derechos Reservados

jueves, 28 de mayo de 2009

Este afiche es para promocionar una actividad de talleres que venimos realizando desde hace ya algunos años.
Creemos que es de gran utilidad para personas en roles parentales que están atrapadas en su desempeño como autoridad en relación a sus hijos por sentir esa autoridad en conflicto con sus emociones de amor hacia los hijos(generalmente se trata de madres pero hemos trabajado también con algunos padres) .
Nos gustaría que nos ayudaran a promoverla entre quienes uds. consideren que podrían beneficiarse con la experiencia de nuestros talleres.
Desde ya muchas gracias,
M. Cristina Ravazzola.

Talleres para madres y padres con hijos adolescentes y jóvenes
“AMOR Y AUTORIDAD “

En general, las mujeres aprendemos a ser madres en la experiencia del contacto con nuestros hijos y con los mensajes y mandatos que recibimos de la cultura desde niñas. En este aprendizaje los hijos ocupan un lugar central en nuestras vidas que nos condiciona a la relación de AMOR.

También la cultura nos delega educarlos para ayudarlos a convivir con otros, conocer y aceptar los límites que eso supone, Pero… ¿cómo nos preparamos para esta doble función si el amor por los hijos nos hace a veces no escucharnos y no registrar nuestras propias necesidades?

¿Cómo podemos (a la vez) ser eficaces y confiar en nuestro saber cuando tenemos que actuar con firmeza, ejercer nuestra AUTORIDAD, desde ese AMOR por el que sabemos interpretarlos, cuidarlos y tomar decisiones que los favorecen?

Pensamos que los problemas con el ejercicio de La Autoridad de quienes desempeñan funciones maternales en las familias van más allá de los trabajos terapéuticos convencionales; que esa es una función social que necesita una elaboración grupal.

Invitamos a participar de estos talleres a quienes sientan que están atravesando situaciones con sus hijos que se relacionan con estos temas.


Fecha de los Talleres: Martes 9/16/23/30 de Junio de 2009

Horario: de 14 a 16.30 hrs.

Lugar de encuentro: PIAFF (Programas de Investigación, Asistencia y Formación en Familias) – Dorrego 2373 (1425) – C.A.B.A. –
Teléfono: 4785 2305

Coordinadoras: Dra. Ma.Cristina Ravazzola

Psic.Fanny Friedl

Lic.Dolores Naón

e-mails: mravazzo@fibertel.com.ar
fannyfriedl@fibertel.com.ar/doloresnr@hotmail.com

Arancel $200 por los 4 encuentros a pagar en la primera reunión.
Les agradecemos la difusión de los talleres a sus contactos.

Grupos de fortalecimiento y revalorización de mujeres que han pasado por situaciones de violencia en su pareja

PIAFF
Programas de Investigación, Asistencia y Formación en Familias.
Directora : Dra. Ma. Cristina Ravazzola

El objetivo de estos grupos está dirigido a:
· Acompañar a mujeres que están transitando la etapa posterior a la separación de sus parejas violentas, en el sostenimiento de los recursos que les permitieron tomar esa decisión. Entendemos que se trata de una etapa de máxima importancia, por ser el momento en que se enfrentan con un mundo completamente nuevo, en el que todavía están muy presentes los sentimientos de culpa y de duda ante la decisión tomada, y ante las consecuencias de esta decisión hacia el futuro.
· Acompañar también a aquellas que han pasado por experiencias de violencia y han renovado contratos con sus parejas y necesitan fortalecerse para sostenerlos en el tiempo.
· En calidad de observadoras, mujeres que sienten que tienen que hacer algo con sus situaciones de violencia en la pareja y todavía no pueden.
Es un proceso de transición que si es bien acompañado y sostenido por grupos de pares en situaciones similares, produce cambios importantes en la calidad de vida presente y futura de estas mujeres y de sus hijos.
El grupo tendrá una duración de cuatro reuniones y funcionará con modalidad de taller en forma mensual los segundos jueves de cada mes.
El horario es de 12.00 hs. a 13.30 hs., y el lugar es en PIAFF, Dorrego 2373, Capital Federal.
Inscripciones : lunes, martes y jueves de 9 a 13h. en el siguiente teléfono: 4785-2305
En Junio: la reunión es el jueves 11.
El arancel es de $ 30 por reunión.
Las coordinadoras son: Lic. Karen Stronguin
Lic. Susana Tesone

Supervisora: Dra. Ma. Cristina Ravazzola

martes, 26 de mayo de 2009

Asambleas tribales, "Tribu" por Ma.Cristina Ravazzola

Cristina R. nos envia:
Asambleas tribales, “Tribu”: Un dispositivo para armar conversaciones colaborativas entre equipos tratantes y protagonistas de los tratamientos para rehabilitar de adicciones.
Ma. Cristina Ravazzola
*

Resumen
Se describe una modalidad de conversación entre personas involucradas en los procesos de cambio (en este caso en un programa ambulatorio de rehabilitación de adicciones a drogas y alcohol), encuadrada en un lenguaje y una interacción semejantes a la de la vida cotidiana, no técnico, que tiene lugar entre el equipo tratante y la familia en tratamiento. Se sostiene en la idea de rescatar las capacidades de todas las personas involucradas en un proceso terapéutico, potenciando sus diferentes miradas desde paradigmas que tienden a sumar y no a entrar en rivalidades que reduzcan posibilidades a sólo ganar o perder. En las reuniones de “tribu” se aumentan las posibilidades exploratorias y de evaluación con respecto a los vínculos, las alianzas, los bandos, los puntos ciegos, los trucos comunicacionales, los intentos delegatorios, las manifestaciones disociativas, así como las capacidades de negociación y de reflexión que todos buscamos. La reunión en sí constituye una oportunidad muy grande y muy rica de recuperar y enriquecer conciencias para cada uno de los participantes, incluídos los coordinadores de los grupos de pares y los terapeutas de las familias que amplían así su panorama para reflexionar, emocionar y accionar.
Palabras clave: Conversaciones colaborativas – Asambleas tribales – Potenciación de recursos


Summary
We make here a description of a type of conversation among the people involved in the process of change (in this case in a rehabilitation of drug abuse program), a non technical conversation handled in a colloquial and simple language, in which the professional team chat along with the consultant and the members of his/her family.
The “tribal meeting” attempts to reinforce the capacities of everyone involved, standing on paradigms that tend to sum up and to dissolve rivalries that reduce potentials. Through them we are able to enhance links and alliances, to explore blind points, delegations, dissociations and communicational tricks, as well as to co – construct negotiations and self reflection abilities. It works in the sense of an opportunity for us professionals and for every participant to rescue and enrich conscience, widening capacities to emotionally connect, reflect and take positive action.
Key words: Collaborative conversations – Tribal meetings – Reinforcing capacities



Introducción y antecedentes
Durante años mis temas de investigación y de intervención en el campo de las adicciones han estado atravesados por las dimensiones de género (diferencias en las modalidades de adicción para las mujeres y los varones, y formas de ayudar específicas en cada caso) y por la relación entre la adicción a sustancias y los abusos (maltratos, violencia) hacia las personas. Desde estas perspectivas, en el programa familiar ambulatorio de rehabilitación de adicciones que superviso [1], que es un programa para personas adictas a drogas y alcohol que propone cambios en actitudes y relaciones a través de procesos grupales que incluyen las redes sociales de los y las participantes, hemos incorporado dispositivos de acción terapéutica acordes con estas investigaciones[2], como son espacios grupales especiales para las consultantes mujeres y formas de trabajo constante sobre los impulsos de descarga de tensiones que no respetan los sentimientos y el dolor de los otros (abusos), como un campo demostrativo por excelencia de la capacidad de reflexión y de contención que los y las protagonistas de los tratamientos van incorporando y haciendo propios. En artículos anteriormente publicados en esta revista[3] y en el libro Historias Infames. Los maltratos en las Relaciones[4], comento acerca de las similitudes entre todas las formas de relaciones abusivas, ya sea con personas (sí mismo u otros), o con sustancias. Aunque sería muy largo reproducir en este artículo las experiencias y las exploraciones que hemos realizado a lo largo de muchos años, puedo mencionar que nos encontramos frente a un mismo patrón relacional: quien abusa se siente víctima y entiende que puede habilitarse a acciones que causan perjuicios porque hay ideas, teorías, argumentos que sostienen esas acciones. Se puede seguir el imperativo del impulso y reaccionar sin reflexionar porque hay un contexto relacional que sostiene esa decisión (grupos de pares que consumen drogas, grupos de amigos o familiares que justifican argumentos disciplinadotes de los otros considerados “inferiores”, culturas machistas y consumistas en las que hay que estar siempre en posición ganadora y tener más que los otros, etc. Entre las teorías encontramos las que promueven jerarquías en las diferencias de género, raza, cultura, edad, etc., las que se inscriben en estructuras autoritarias y discursos que las avalan. Una vez sumergidos en las teorías que justifican los abusos, no se dimensionan los perjuicios y se da lugar a la acción sin mediar reflexión.

Así y todo, y aunque todos estos focos de mi interés siguen encendidos, en estos momentos, considero dar a conocer un interés principal de nuestras investigaciones clínicas que está puesto en lograr que las acciones, reflexiones y decisiones que se vayan tomando a lo largo de los procesos terapéuticos, puedan ser planteadas y consensuadas en forma colaborativa entre todas las personas que intervienen. Los aportes de las investigaciones clínicas que han ido validando diversos dispositivos de acción terapéutica inscriptos en acciones de corte comunitario, acciones que se multiplican en el mundo desde las experiencias de Alcohólicos Anónimos, necesitan todavía de un reconocimiento académico y de una forma protocolar que permita asociar fácilmente clínica con investigación, aunque hay ya iniciativas cada vez más afirmadas, como la formación acreditada en Psiquiatría Comunitaria en Brasil y las experiencias de los Programas de Democratización Familiar en Argentina y en México, a cargo de reconocidos investigadores sociales, que son programas de acción que han llevado a resultados altamente beneficiosos en el área de la salud en general.
Cuando intento dar cuenta de cómo llegamos a plantearnos diferentes dispositivos para lograr tales conversaciones colaborativas a lo largo de los procesos terapéuticos, me aparecen anécdotas de mis primeros pasos en la residencia Psiquiátrica. A partir un intento de armar una Comunidad Terapeutica en el Hospital Neuropsiquiatrico de Hombres de Buenos Aires, aprendí las primeras nociones sobre comunidades terapéuticas, que resultaron de intercambios entre psiquiatras argentinos e ingleses. Era claro para estos últimos, que los miembros de la comunidad eran los profesionales (médicos, enfermeros, psicologos, trabajadores sociales) y tambien los pacientes. No era tanto así para los psiquiatras argentinos. Si bien la idea de la Comunidad Terapéutica nos incluye a todos, para nuestros instructores de entonces, los pacientes no figuraban como protagonistas de las conversaciones. Eran mirados como destinatarios de las acciones. En el otro polo, a veces, somos nosotros los profesionales los que quedamos excluídos, fuera de la interacción, como si fuéramos meros observadores que describen lo que sucede, siguiendo con fidelidad la tradicion positivista de las profesiones que lleva a ese cliché que nos hace excluirnos de la escena como si fueramos observadores objetivos, y a colocar a quienes nos solicitan bajo el foco de esa observación. Esa imagen está bien lejos de una conversación colaborativa para llegar conjuntamente a un objetivo compartido. Más bien, esa “observación” es una invitación a un juicio (des) valorativo disfrazado de diagnóstico cuando no de franca crítica a lo que “vemos” como negativo en el otro. Estamos en la reflexión acerca de “lo que miramos”, y cómo eso nos arma un juicio que se desbarata y adquiere otras formas más humanas de considerar a ese otro cuando lo escuchamos. Al conversar nos acercamos, visualizamos lo que en nosotros es semejante a lo del otro, podemos llegar a terrenos comunes.
En la trayectoria de los equipos compuestos por profesionales y ex-adictos de la Fundación Proyecto Cambio tratamos de revisar permanentemente en nosotros, profesionales, esos sesgos limitantes y de incluirnos como parte de los procesos de los que participamos[5]. Podemos decir que nuestros programas apuntan a que se produzcan cambios en las conductas adictivas a lo largo de un proceso en el que participan activamente los protagonistas y sus familias, desarrollando actividades grupales entre pares y reuniones periódicas de red (en algunos aspectos semejantes a sesiones de terapia familiar sistémica).
Todos los coordinadores de la Fundación nos reunimos formalmente varias veces (por lo menos 2) por semana e informalmente todos los días. En esas reuniones coordinamos acciones para hacer más efectiva la tarea, compartir información sobre el proceso y las actividades de cada integrante de los grupos, buscar en conjunto estrategias favorables a los objetivos que nos proponemos, identificar obstáculos, buscar formas de acción alternativas a las convencionales, etc.
En ocasiones encontramos que no se producen las modificaciones que esperamos que tengan lugar en el proceso terapéutico de alguna de las personas en rehabilitación o que se estancan las evoluciones previstas para cada etapa y no resultan efectivas las tareas que diagramamos en los múltiples espacios de las que esa persona y los miembros de su familia o su red ampliada participan.
Es en esas circunstancias en las que estamos especialmente atentos a no deslizarnos en la tentadora pendiente de “juzgar” y encontrar “culpables” de que suceda aquello que no resulta favorable. En otras palabras, tratamos especialmente en esas ocasiones de poner en práctica todas nuestras exploraciones en el camino de seguir modelos que enaltecen las competencias y potencias de las personas y no los que se basan en enfocar sus déficit. Tratamos siempre de encontrar recursos creativos para asegurarnos una presencia de cada miembro del programa con voz y voto tal que dé cuenta de sus razones y nos permita buscar caminos menos explorados. Podemos convocarlos personalmente y también personificarlos a través de alguno de nosotros que tome su rol en la conversación.
Ha sido en estas situaciones en las que comenzamos ya hace años (1997) a utilizar una modalidad de reunión que ya habíamos experimentado en otros ámbitos de prestaciones en Salud Mental [6] con muy buenos resultados (cambios positivos en las conductas de adolescentes violentos, cambios de actitudes en ex – cónyuges invalidados hasta ese momento de interactuar en conjunto frente a sus hijos, cambios de estados de ánimo de operadores que se sentían personalmente defraudados por las conductas repetitivas autodestructivas de sus pacientes, etc.). Hemos llamado “tribus” a esas reuniones[7], que vamos a describir y comentar en este artículo.
Recordemos que la “tribu” nos resulta un dispositivo que se mostró útil para asegurarnos acciones conjuntas con los protagonistas y sus redes en las que nos apoyamos. Nos basamos en sus potencialidades, y proponemos formas de trabajo conjunto con toda la red, evitando rivalidades entre programas diferentes (pasaje de paradigmas de escaladas de rivalidad a paradigmas de colaboración). Encontramos que forman parte de procesos que facilitan que las personas afectadas por patrones abusivos de conducta puedan experimentar progresivamente vivencias de relaciones de respeto por sí mismos y sus elecciones, así como de relaciones de respeto hacia otros. Todos nos beneficiamos si nos ayudamos a no entrar en “escaladas”, y aprendemos a no estar a merced de discursos o acciones provocadoras. La sola propuesta de la “tribu” conlleva la idea de que todo un grupo de profesionales, operadores no profesionales y personas consultantes, se encuentren para intercambiar ideas que ayuden a disminuir los problemas y los inconvenientes que se plantean entre todos. No es raro que se susciten escenas de provocaciones u otros maltratos, y es entonces que los recursos de conversaciones de pedido de ayuda a los otros presentes constituyen parte de las ventajas del dispositivo, así como parte del aprendizaje para todos de las múltiples formas en que estas escenas pueden cambiar permitiendo la continuidad de las relaciones.

Superando modelos basados en los déficit: Modelos de competencias o de fortalezas, o de potencias.

Para comprender mejor el origen y la genealogía de nuestras reuniones de “tribu”, vamos a profundizar el significado de los modelos de competencias y su significación para nosotros.
Por mucho tiempo, tanto desde la medicina como desde otras disciplinas, el conjunto de teorías con las que intentamos comprender las conductas humanas ha privilegiado tendencias a describirlas desde las disfunciones y los déficit. Esta mirada propone enfocar lo que funciona “mal” para entonces corregirlo y lograr que esa disfunción se cambie. De esta propuesta se derivan algunos supuestos no siempre explicitados. Por empezar, se apoya en una idea de lo que sería “normal” (muy difícil de delimitar porque es móvil y porque depende de cada grupo cultural aunque difícilmente ese grupo pueda aceptar esa descripción simplemente como “lo deseable”). Junto con esta descripción de “lo normal” aparece lo que estaría “desviado” de esa normalidad, categorías y clasificaciones de esas “anormalidades” que han devenido en una construcción a la que se ha llamado psicopatología. Y desde esa “normalidad” y esas “desviaciones” se han ido desarrollando distintos modelos de intervención desde el campo de la salud mental que van a buscar esos déficit, identificarlos dentro de una lista posible (diagnosticar), enumerarlos y a tratar de actuar sobre ellos.
Para los operadores en Salud Mental, estas tendencias han sido muy influyentes durante mucho tiempo y lo siguen siendo, aun cuando se han intentado cuestionamientos a sus propuestas desde varias líneas como la sistémica o la cognitiva entre otras. Así y todo, persisten a veces automatismos que nos llevan a suponer devenires predeterminados para cada afección que sufrimos, y estos supuestos deterministas siguen siendo muy poderosos. Lamentablemente operan dándonos seguridad en predicciones que son reducidas comparadas con la gama de posibilidades que cada persona puede desplegar si se la ayuda a cambiar el contexto en que se le produce el déficit.

En conjunto con colegas de Chile[8] y de la ONG BICE (Boureau Internationale Catholique pour l´ Enfance) que se ocupan también de los maltratos que sufren los sectores de la población más vulnerables (niños abusados sexualmente), estamos [9] desde hace tiempo intentando construir ideas y dispositivos de acción que se basen en las potencias, los recursos, las posibilidades diferentes, las fortalezas que están presentes en tantas situaciones en que las personas han sufrido acciones desvastadoras y han podido igualmente desarrollarse y superar esos trances. Los modelos de pensamiento y de acción que explican las acciones que han sido útiles para ayudar en esos trances teniendo en cuenta las potencias de las personas y las relaciones han sido llamados modelos de competencias, siguiendo a numerosos autores que confluyen desde varias líneas. Diversas teorías y metáforas como la de las resiliencias (Melillo y Suarez Ojeda 2001, Siegfried. H. comunicación personal [10]), las de la potencia de las conversaciones colaborativas (Fried Schnitman, 2004) en la co – construcción de realidades (Gergen, K. 1988; Gergen, M. 1988), la de la conciencia acerca de las complejidades propias de los fenómenos humanos, etc. nos ayudan a encontrar alternativas a aquellas consecuencias linealmente predeterminadas para los sucesos como si ese fuera el único camino a seguir.

En busca de ideas y actitudes colaborativas entre ayudadores
En este contexto de rehabilitación de conductas impulsivas que nos ocupa, otro enorme esfuerzo que emprendimos es el de revisar y ayudarnos entre nosotros a salirnos de los lineamientos que nos inducen rivalidades entre “nosotros” (en este caso: el equipo tratante) y los “otros” (en este caso algunos miembros de la familia consultante). Algunas conversaciones típicamente provocadoras promueven una alineación en “bandos” opuestos que nos llevan a creer que es más importante ganarle al otro que producir estrategias eficientes para lograr los cambios deseados por todos. Aunque es difícil escaparle a esta reacción automática, vemos la necesidad de salirnos del paradigma de rivalidad para pasar al paradigma de colaboración, con conciencia del valor y respeto por el otro. Sería muy largo enumerar acá el conjunto de trabajos continuos que armamos entre nosotros para ayudarnos en este pasaje desde paradigmas de dominación a paradigmas colaborativos, pero el escenario de la “tribu” nos garantiza las voces y las opiniones de muchos presentes deliberando juntos para encontrar los beneficios buscados y acciones entre nosotros (propuestas de esculturas, de cambios de escenarios, de juegos psicodramáticos, etc.) que nos rescaten de tentadoras provocaciones a ejercer poder de dominación sobre nuestros consultantes.
Recordemos que la idea de la tribu es una idea tentativa, aún necesitada de mucha práctica, en contextos terapéuticos diferentes, para poder concebir un protocolo de acción que la configure. Tiene mucho en común con los equipos reflexivos de Tom Andersen (1995), en cuanto busca promover escenarios suficientemente diferentes de lo habitual, tales que permitan conversaciones, acciones y reflexiones antes no previstas. También es una búsqueda de participación activa de los miembros de los equipos tratantes y de los consultantes en formas de conversaciones que difieren de las configuraciones sistemáticas y que privilegian el escuchar las voces de todos los que intervienen en un proceso de rehabilitación. Tienen el carácter de un evento, utilizado en condiciones de necesidad de un cambio en el transcurso de un proceso.

Reuniones tribales
¿Cómo son las conversaciones en estas reuniones?
Desde un principio quedó claro para todos nosotros que las conversaciones tienen que partir de perspectivas personales, no de técnicas, ayudándonos entre todos a no enjuiciar a nadie, procurando aportes de aquellos a quienes convocamos para encontrar soluciones a problemas que nos preocupan a nosotros y muchas veces también a ellos. En muchos casos en que nos reunimos con los y las jóvenes consultantes y sus familiares, esto no es fácil porque, tal vez como parte de las dinámicas de los circuitos abusivos, se han acostumbrado a propuestas de conversación en la que se producen “provocaciones” a entrar en rivalidades. Estas son modalidades de comunicación en las que las personas que las vivimos sentimos que tenemos que reaccionar y defendernos o “ganarle la pulseada” a quien nos provoca. Sólo que si lo hacemos, estaremos repitiendo el patrón de rivalidad para ellos habitual y empobrecedor y, entonces, perdemos todos porque no aprendemos a trabajar en conjunto. Así es que esas conversaciones están pensadas para crear un clima reflexivo y colaborativo en el que sumemos las capacidades y aportes de todos los miembros del entorno de los protagonistas que podamos incluir.

Descripción de una reunión “tribal”
Como es una reunión a la que nosotros como equipo institucional invitamos, decidimos en conjunto previamente a quienes invitamos, según nos imaginamos el desarrollo del encuentro. Así es como nosotros hacemos la propuesta, pero no siempre ocurre lo que proponemos.
Para ilustrar con un ejemplo: recientemente convocamos solos al padre y a la madre de un joven de 19 años, Andrés, que está casi al final de su tratamiento, porque veíamos que, si bien las conductas del joven habían cambiado mucho en los ámbitos en los que compartía el programa con otros jóvenes, continuaba creando situaciones de mal trato hacia su novia y su hermano menor, y participando de acciones muy riesgosas fuera de esos escenarios (como proponiendo desafíos de altas velocidades en carreteras), información a la que nos parecía que los padres no reaccionaban con la misma alarma que nosotros. En ese caso en particular, nos apoyamos en una muy buena relación con los padres de Andrés que habían trabajado muy cuidadosamente su rol durante los largos meses del proceso de rehabilitación del hijo. Desde nuestra apreciación, pensábamos que algo ocurría que se anulaban entre ellos y que Andrés seguía “subido a un andamio que sostenían sus padres con sus propios brazos” (metáfora que usamos para ilustrar nuestras sensaciones). Tenía sentido la tribu como escenario apropiado para una exploración entre todos de cuáles podían ser los caminos a seguir para bloquear las “estrategias” manipuladoras de Andrés hacia ellos y ayudarlos así a “bajarlo a tierra”, a que él pueda tomar conciencia de sus verdaderas capacidades, y ganar nuevas y genuinas herramientas.
Con todo, lo cierto es que la mayoría de las veces hacemos una convocatoria lo más amplia posible[11], pero a veces, como en este caso, expresamente decidimos que alguien no venga. No convocamos a Andrés porque pensamos que desde sus aspectos más negativos, él tenía todavía demasiado poder sobre sus padres y tal vez también sobre nosotros. Fue así que imaginamos un escenario más conspirativo, de búsqueda conjunta de formas de interferir los exitosos trucos de Andrés, tan eficaces en cegar las capacidades de Ana y Esteban, sus padres. Otra metáfora útil es la de ver en Andrés sus distintas partes, y entender que conspiramos contra su parte manipuladora.

Comenzamos por presentarnos y por presentar a todas las personas presentes. Como supervisora de la Fundación, muchas veces los miembros de las familias no me conocen y esa presentación es muy importante para encuadrar la conversación. En esa presentación procuramos que el clima que se crea sea de distensión y de trabajo conjunto.
Generalmente son los coordinadores que han propuesto la reunión quienes comentan acerca de cuál es su preocupación.

Una tribu reciente se decidió a partir de que la terapeuta familiar y la coordinadora del grupo de los padres plantearon su molestia, en una reunión de equipo por haber recibido un trato irónico y despectivo por parte de los padres de un joven en tratamiento. “A ver con qué nos venís ahora, porque esta vez ya no tienen nada que decir....” dando a entender que éramos injustos con lo que pretendíamos para su hijo. En el equipo tratante, la alarma frente a esta eventualidad es grande porque en esta modalidad ambulatoria necesitamos armar una alianza firme con las familias y las redes de apoyo en general, y esas manifestaciones daban clara cuenta de que esa alianza o no existía o se estaba perdiendo. La presencia de operadores que pueden rescatar otros momentos del proceso en los que sí logramos buenas alianzas genera la posibilidad de recrear un vínculo que, de perderse, haría imposible el logro de los objetivos del tratamiento.

Aunque nos resistimos a construir una clasificación, los objetivos parciales que nos planteamos en las “tribus” pueden ser:
-de evaluación de las relaciones entre los coordinadores de la fundación y la familia
-de evaluación de la calidad del proceso en que están la familia, el/la protagonista y el conjunto del programa
-de intento de lograr una alianza en casos en que ésta no se produce, identificar los obstáculos y tratar de deponerlos desde nuestra parte.
-de mejorar la comprensión acerca de modalidades de transcurrir en el programa que se nos aparecen como programas propios que los padres emprenden y que desconocemos. Tratamos de “cocinar” el menú a seguir en conjunto.
-a veces lo usamos como una estrategia que llamamos “bajada de brazos”, en la que nosotros no vemos cómo seguir y pedimos ayuda a la familia para que nos lo propongan.
-de reunión de equipo ampliada, en la que se despliega una conversación entre los miembros del equipo delante de la red y el protagonista convocados.
- de búsqueda conjunta de los cambios de actitud que pueden haber logrado efectos deseados y que queremos conocer desde los testimonios de los protagonistas.

Las evaluaciones, que a veces revisamos en nuevas reuniones de “tribu” a los pocos días de las anteriores, nos sirven para plantear cambios de rumbo en los procesos, implementar acciones diferentes, a veces incorporar personas, modalidades y espacios novedosos, que vemos necesarios. Los indicadores que tomamos en cuenta son básicamente relacionales. Damos importancia a formas de trato, a gestos y actitudes, a diferencias entre relatos y acciones presentes, a reacciones y a conversaciones posteriores a la tribu, a nuestras emociones y sensaciones y a las formas en que los participantes comentan la experiencia en sus espacios grupales.
Los resultados a veces son inmediatos y se nota la repercusión que ha tenido la reunión en la reacción de algunos miembros de la familia o en cambios en el ánimo y las estrategias de los coordinadores. Otras veces, recién pasados algunos meses notamos la reacomodación que esta modalidad produce. Y en otras (pocas), los resultados han sido pobres.

A modo de conclusión, queremos compartir comentarios acerca de los beneficios del uso de la “tribu”. Recordemos que se trata de una reunión – evento – asamblea que convoca un equipo tratante en el devenir de un programa de tratamiento, en este caso, destinado a recuperarse de una adicción a sustancias, y que usado de esta manera no tiene el carácter de un espacio abierto en forma sistemática.
Pensamos que esos beneficios son dinámicos y situacionales. Nos damos cuenta de que cada “tribu” produce efectos además en los espacios informales del Programa, por lo que comentan sus participantes en los espacios de sus actividades. Es así que hay casos en los que es beneficioso sólo el anunciar que la estamos convocando.
Siguiendo un comentario de la Dra. Denise Najmanovich, epistemóloga, con la que conversamos cuando comenzamos a usar estas reuniones en nuestro trabajo en violencia doméstica, la “tribu” nos permite usar un recurso de “densidad poblacional” cuando no contamos con la presencia de pares que apoyen grupalmente un proceso. En los problemas de índole psicosocial, este dispositivo funciona como un mini grupo social, con el efecto del impacto social que no se logra en los settings de terapias individuales. El peso de la presencia testimonial de muchas personas, testigos de aquello que se habla y se comparte en un contexto determinado es diferente de que sea una sola persona quien escuche una historia. Entre muchos es más difícil negar, minimizar u olvidar una experiencia que se compartió. Uno de los modos en que se aprovecha este efecto de densidad poblacional es pidiendo a los presentes que se vote acerca de una opinión: típicamente, si suponemos que Pedrito es “enfermo” o si es malcriado, ( y entonces tendrá que hacerse responsable por lo que hace). O, en casos de maltrato, si creemos que alguien está realmente disculpándose por algún maltrato o si va a volver a hacerlo.
Al tratarse de una conversación entre personas involucradas en los procesos de cambio, encuadrada en un lenguaje y una interacción semejante a la de la vida cotidiana, aumentan las posibilidades exploratorias y de evaluación con respecto a los vínculos, las alianzas, los bandos, los puntos ciegos, los trucos comunicacionales, los intentos delegatorios, las manifestaciones disociativas, así como las capacidades de negociación y de reflexión que todos buscamos. La reunión en sí constituye una oportunidad muy grande y muy rica de recuperar y enriquecer conciencias para cada uno de los participantes, incluídos los coordinadores de los grupos de pares y los terapeutas de las familias que amplían así su panorama para reflexionar, emocionar y accionar.

Referencias Bibliograficas:
Andersen, T., “Reflecting Processes; Acts of Informing and Forming”; Friedman, S. Editor, The Reflecting Team in Action. Collaborative practice in family therapy. The Guilford Press: New York – London. 1995.

Andersen, T.; “Conceptos básicos y construcciones prácticas”; Andersen, T. (Comp). con la participación de Katz, A.; Lax, W.; Davidson, J.; y Lussardi, D. J., El equipo reflexivo. Diálogos y diálogos sobre los diálogos. Colección Terapia Familiar. Barcelona: Gedisa Editorial. 1994. pgs. 37-60.

Andersen, T.; “Guías para la práctica”; Andersen, T. (Comp). con la participación de Katz, A.; Lax, W.; Davidson, J.; y Lussardi, D. J., El equipo reflexivo. Diálogos y diálogos sobre los diálogos. Colección Terapia Familiar. Barcelona: Gedisa Editorial. 1994. pgs. 61-85.

Fried Schnitman, D., “Perspectiva e instrumentos generativos en psicoterapia”. Sistemas Familiares.20 (3), 67-85, 2004

Gergen, K., “Feminist critique of Science and the Challenge of Social Epistemology”,
Gergen, M. editor, Feminist thought and the structure of knowledge. New York University Press: New York, London. 1988

Gergen, M., “Toward a Feminist Metatheory and Methodology in the Social Sciences”,
Gergen, M. editor, Feminist thought and the structure of knowledge. New York University Press: New York, London. 1988

Mackenzie, M. F., Tribu: Facilitando la co-creación. Trabajo Final para el
Programa de Actualización en Psicología con Orientación Sistémica de la UBA, Buenos Aires, Argentina, directora Dora Fried Schnitman. 2005

Melillo, A. – Suarez Ojeda, E. N. eds. Resiliencia. Paidos: Buenos Aires. 2001

Ravazzola, Ma. C., “Violencia Familiar: Actualización de recorridos teóricos y técnicos desde la terapia sistémico-relacional y perspectivas que incluyen estudios de género”. Sistemas Familiares. Año 21, Nº 3, 2005.

Ravazzola, Ma. C., Barilari, S. y G. Mazieres, “Terapia familiar en un programa de rehabilitación ambulatoria de la drogadicción”, Sistemas Familiares. Año 20, Nº 1-2. 25-35, 2004

Ravazzola, Ma. C., Historias Infames. Los maltratos en las Relaciones. Paidos: Buenos Aires. 1997.
* Médica - Terapeuta Familiar – Supervisora General de la Fund. Proyecto Cambio - Arcos 1546 (1426) Buenos Aires, Argentina. Tel: 54 11 4785-2305, mravazzo@sion.com

[1] Fundación Proyecto Cambio: Matienzo 2639 (1425). Buenos Aires, Argentina, Tel: 54 11 4553-6777. proyectocambio@sion.com
[2] Menciono los temas de género y de violencia, así como los relacionados con la clínica de las adicciones que aquí se profundizan, porque son las áreas (de abusos) en las que los dispositivos clásicos de las terapéuticas tradicionales han sido insuficientes para resolver los problemas y han obligado a desarrollar otro tipo de gestiones, a evaluarlas y a seleccionar las modalidades más adecuadas en cada caso.
[3] Ravazzola, Ma. C. (1998) (2004) (2005)
[4] Ravazzola, Ma. C. (1997)
[5] La Fundación Proyecto Cambio desarrolla programas de rehabilitación de adicciones. Funciona en forma ambulatoria, no residencial, incluyendo a la red familiar y a veces también social y laboral de los consultantes desde el comienzo.
[6] Hospital Bernardo Houssey de Vte López, Pcia. De Bs. As., Area Adolescencia, y los equipos de PIAFF. (Programa de investigación, asistencia y formación en Familia, Area Familia de la Fund. Proyecto Cambio)
[7] gracias a una sugerencia de colegas de la Universidad Católica de Louvain (Bélgica) que bautizaron así a esta experiencia cuando se las relaté.
[8] La Dra. Ana María Arón y la Psicóloga Teresa Llanos junto con las y los profesionales de sus equipos.
[9] Fundación Proyecto Cambio – PIAFF (Programa de investigación, asistencia y formación en Familia, Area Familia de la Fund. Proyecto Cambio)
[10] Conversación entre Heidi Siegfried, Juliana Montefiore y Cristina Ravazzola en el Congreso del BICE, Solis, Uruguay, 1998.
[11] Tratamos de involucrar en las tribus a todos los familiares y amigos que están participando del programa. A veces invitamos expresamente a alguien que sabemos que es significativo para los presentes, aun cuando nunca antes haya concurrido (un hermano que vive en el extranjero, una abuela que puede movilizarse poco y no ha estado antes en los espacios sistemáticos).

lunes, 25 de mayo de 2009

"ABUSO SEXUAL INFANTIL NO:UN PERVERSO Y SU ESTAFA" por Lic. Mónica L. Creus Ureta

Elba Degrossi nos manda:
ESTE ES UNO DE LOS ART. DEL TEMA MENCIONADO POR CRISTINA EN LA REUNIÓN.
"ABUSO SEXUAL INFANTIL NO:UN PERVERSO Y SU ESTAFA", por la Lic. Mónica L. Creus Ureta (psicóloga).

Hace más de veinte años el pedófilo que terminó suicidándose, Richard Gardner, "inventó" el "síndrome de alienación parental", conocido como "SAP".Gardner nació el 28 de abril de 1931 y se suicidó acuchillándose, el 25 de mayo del 2003.El reporte de su necropsia se puede encontrar enhttp://cincinnatipa s.com/dr- richardgardnerau topsy.htmlUtilizó sin escrúpulos y para sus propósitos económicos, su trabajo de tiempo parcial, como voluntario en el College of Physicians and Surgeons de la Universidad de Columbia. Jamás fue profesor de psiquiatría de esa universidad.Su curriculum vitae es inaccesible, sólo se sabe que fue sargento del ejército estadounidense.Si pueden resistir el profundo malestar que sin dudas les provocará, entren en la página defensora de la pedofiliahttp://pedophileoph obia.com/ Richard%20Gardne r.htm Allí podrán encontrar su ideología y la falta de seriedad científica de su "SAP", diagnóstico que puso al servicio de abusadores sexuales de niños y niñas.Cabe señalar que la Universidad de Columbia publica en su editorial los trabajos de sus profesores, cosa que jamás ocurrió con el siniestro Gardner por no ser profesor allí.Este inescrupuloso publicó sus libros en Creative Therapeutics, su propia editorial difundiendo así su perverso invento.Valiéndose del prestigio logrado entre abusadores y golpeadores, se enriquecía con su trabajo de "perito de parte" en divorcios controvertidos en donde había acusaciones de abuso sexual de hijos e hijas.
Para defender lo indefendible, el abuso sexual, el "SAP" le resultaba un instrumento perfecto en el marco de dominación patriarcal: "la madre había alienado a sus hijos poniéndoles en sus cabecitas abusos inexistentes" .El "SAP" además aparece, cuando las denuncias de abuso sexual infantil empiezan a surgir en los sectores medios y altos de la sociedad. Quienes tienen no sólo los recursos intelectuales sino también económicos para pagar a sus abogados y abogadas defensores y sus peritos y peritas cómplices.
El trabajo más meticuloso que he leído hasta el momento, donde se ponen de manifiesto las maniobras fraudulentas de Gardner para tratar de imponer su redituable SAP es el de Jennifer Hoult, J.D. The Evidentiary Admissibility of Parental Alienation Syndrome, publicado en Children's Legal RightsJournal Volume 26, Number 1 Spring 006 disponible en inglés en Http://www.jfcadvoc acy.org/amicus- briefs/PAS- ABA.pdf
Los perversos como este individuo, no son tontos y suelen ser muy hábiles.Sin duda le fueron y son útiles para su propósito algunos mitos sociales bien instalados: a) El poder sobre natural de las madres... mujeres, herederas de las poderosas y maléficas brujas medievales, capaces de todo...hasta de lavarles el cerebro a sus hijos y de llenarles la cabeza con abusossexuales inexistentes.b) Los chicos mienten, son unos manipuladores innatos, son capaces de todo desde que nacen para lograr sus siniestros propósitos: manipular a los adultos.c) Los seres humanos somos completamente manipulables
Desarticulando mitos:
a) Ojalá fueran ciertos nuestros poderes sobrenaturales femeninos. ¡Las cosas que haríamos sólo moviendo nuestras narices!Para colmo, nuestros rebeldes hijos rara vez quieren hacer lo que les pedimos.b) Los chicos no son manipuladores, menos aún cuando se trata de abuso sexual.Nadie puede fantasear acerca de lo que no conoce.Los chicos no mienten, jamás pueden inventar historias que ponen de manifiesto en sus relatos o en sus dibujos situaciones propias de la genitalidad adulta cuando no las han vivido, diría mejor, padecido.c) Si esto fuera cierto, las empresas y los candidatos políticos no necesitarían gastar fortunas en nuevas campañas publicitarias. Con lavarnos la cabeza una vez sería suficiente.
Los abusadores sexuales infantiles se aprovechan de nuestra salud mental.Las personas comunes no podemos siquiera imaginar que un adulto sea capaz de, amenazar, someter y tomar como objeto para sus propósitos sexuales a un niño o niña.Como nos resulta impensable, defensivamente, inmediatamente lo rechazamos y lo negamos.En lugar de creerle a los niños y niñas, por esta negación, quienes desconocen la realidad del abuso sexual infantil, piensan: "¿Cómo X tan correcto/a, tan educado/a, tan cordial... puede ser capaz de semejante acto?""Seguramente son inventos de esta criatura...tiene tanta imaginación.. . vaya a saber lo que vio en la tele..."
Atención:
Cuando un niño o niña tiene el coraje de poder hablar del abuso sexual que padeció es porque a encontrado alguien en quien supone puede confiar. Al revelar el abuso sexual está luchando contra todas las amenazas y el minucioso trabajo psicológico del abusador.A pesar de su dolor y de su miedo se anima a hablar: es un acto de coraje supremo.
Tengamos en cuenta que:
Los abusadores sexuales infantiles siempre están en el entorno cercano de sus víctimas y ejercen el poder sobre ellas. Profetizan en sus amenazas las más siniestras consecuencias si la víctima habla.Un niño o niña víctima de abuso sexual que lo revela venciendo todos estos obstáculos, merece al menos un adulto amorosamente responsable que lo escuche, le crea, lo ayude y lo proteja. Que no dude por sus prejuicios, de lo que con valentía esta criatura cuenta.Si no le creen, las "profecías" amenazantes de su abusador sexual se empiezan a cumplir: "si contás nadie te va a creer..." La red familiar comienza a deteriorarse.La víctima se empieza a sentirse responsable y culpable de lo que ocurre: "Porque yo hablé todo esto sucede... ...ya no me van a querer más, me voy a quedar solo / a"Si las víctimas de abuso sexual infantil no encuentran la contención y el apoyo necesario callan por mucho tiempo o se retractan.El "SAP" se ha convertido en estos veinte años en un negocio muy lucrativo y no sólo editorial. Muchos profesionales de todo el mundo viven económicamente de él. (Psicólogos, psiquiatras, abogados, peritos.).El "SAP" carece de todo fundamento científico, desconoce toda la psicología infantil y sólo sirve y ha servido para absolver a abusadores sexuales infantiles.Sería bueno recordarles a los "peritos y peritas" de Argentina, que su función debe realizarse en un marco de buena praxis y con los conocimientos que las ciencias sostienen. No es el caso del "SAP". Cuando aceptan esta función, lo hacen bajo juramento o promesa de desempeñar fielmente sus cargos y que su no cumplimiento los hace pasibles de las sanciones previstas en los Art.275, 276 y 277 del Código Penal.Va siendo hora que quienes no cumplan con fidelidad su función sean castigados.Mientras abogados/as y peritos/ as inescrupulosos mienten y engañan a sabiendas, los y las pequeñas son victimizados una y otra vez por quienes se supone deberían protegerlos. (pediatras, peritos, defensores, jueces...) y nosotros como sociedad toda.
Los que se declaran a si mismos "injustamente" alejados de sus hijos.
Este invento siniestro al servicio de abusadores sexuales de niños y niñas, es el argumento utilizado en todo el mundo por los padres autotitulados "injustamente" separados de sus hijos.Lo difunden a diestra y siniestra y de tanto repetirlo convencen de su existencia y lo que es peor hasta logran que la opinión pública, que carece de toda formación médica y/o psicológica, ingenuamente les crea.Favorece su propósito la complicidad inmoral de "colegas" que han hecho del "SAP" una renta asegurada.Estos padres se consideran víctimas de la justicia, por todos los medios que tienen a su alcance alegan que las denuncias que pesan sobre ellos son falsas, que su ex pareja obstruye el vínculo con los hijos o hijas.No es cierto que haya un incremento de las falsas denuncias de abuso sexual infantil en divorcios, este es otro mito que se pretende instalar. Resulta esclarecedor el trabajo de Merrilyn McDonald: "The Myth of Epidemic False Allegations of Sexual Abuse in Divorce Cases", Court Review Volume 35,Published in the Spring 1998, issue of Court Review disponible en ingles enhttp://www.omsys. com/mmcd/ courtrev. htm (he hecho una traducción del mismo)-Recordemos que no resulta fácil que se sostenga en el tiempo una mentira inducida.Si no la puede sostener coherentemente un adulto menos aún puede hacerlo un niño o niña.Los divorcios son siempre situaciones difíciles para los hijos / as. Por miedo a perder lo único que les queda de lo que fuera una familia, suelen identificarse con quien tiene la tenencia.Confundir esto con "alienación", término que alude a la locura, implica desconocer absolutamente la psicología infantil.Todos los niños y niñas tienen derecho a ser escuchados y respetados en sus elecciones, ello está sostenido legalmente en la Convención de Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño y en nuestro país la Ley 26061.Nuestra campaña "A.S.I. NO" (Abuso Sexual Infantil NO) tiene entre sus objetivos primordiales que se cumpla con ellas en todo el territorio nacional y enterrar junto con su perverso inventor el "SAP"-
Si hay padres que han sido injustamente alejados de sus hijos /as (por motivos ajenos al abuso sexual o la violencia) deberá ser la justicia la que lo determine.Apelar y difundir sin vergüenza alguna este inexistente síndrome que está al servicio de abusadores sexuales de niños y niñas y sus defensores es inaceptable.
Nunca es saludable apelar a la mentira para lograr la verdad.
Lic. Mónica L. Creus UretaBuenos Aires, 18 de mayo 2007Campaña "A.S.I. NO" Abuso Sexual Infantil NOwww.abusosexualinfa ntilno.org

"Abuso sexual infantil y procesos autodestructivos" por Lic. Jorge Garaventa

Elba Degrossi nos manda :

MARCELO.
TENGO UNA SERIE DE ART., GENERALM. DE DIARIOS O REVISTAS ACERCA DEL TEMA. EVALUALOS, Y ,POR AHI, ES INTERESANTE HACERLOS LLEGAR AL GRUPO,BESO,ELBA


IV ENCUENTRO NACIONAL UNIVERSITARIO SOBRE PREVENCIÓN DEL SUICIDIO


"Abuso sexual infantil y procesos autodestructivos"
Lic. Jorge Garaventa
A los fines de un mejor entendimiento utilizaré el genérico masculino abogando, una vez mas, por el establecimiento de un lenguaje no sexista
Introducción
La profundización de la problemática del abuso sexual infantil, sobre todo la incidencia del hecho traumático en la psiquis de las víctimas ha venido a desmoronar algunas teorías que atribuían determinadas decisiones suicidas a cuestiones meramente existenciales, a la sensación de misión cumplida en esta vida o sencillamente aburrimiento, cuando no, exceso de sensibilidad, para soportar el sufrimiento cotidiano.
Lejos de ello, el desgano vital y la profundización de la mirada en intentos de suicidios tanto exitosos como fallidos suele hablar de lo que ocurre en la psiquis de quien cuando niño debió sufrir la intromisión perversa de la sexualidad adulta en la propia en incipiente desarrollo.
Quiero expresar mi mas profundo agradecimiento a la Universidad de Palermo, a la Asociación Argentina de Prevención del Suicidio, y en especial al Lic. Carlos Martínez por la generosa invitación a este encuentro.
Durante la mañana hemos podido escuchar la notable idoneidad con que diversos especialistas se han referido al acto suicida y las circunstancias que lo determinan.
Intentaré algunas pinceladas desde la experiencia que hace años vengo realizando en el abordaje en adultos, de las consecuencias del abuso sexual infantil. Se sabe hoy que esta agresión es de alta frecuencia y que un gran porcentaje ocurre dentro del hogar. Hablamos también entonces del incesto-paterno filial y de la agravante circunstancias de que un niño o una niña sean abusados por quienes se supone y espera que los eduquen, protejan y les garanticen un sano desarrollo. Le siguen luego, en esta nefasta escala, educadores y guías espirituales, cerrando el círculo, amigos y conocidos. Paradójicamente la experiencia muestra que cuando de abuso sexual infantil se trata, no son los lugares conocidos los mas seguros. En palabras de Eva Giberti, refiriéndose al abuso en particular y al maltrato en general, no suele ser la familia el mejor espacio de protección. Fuera de los lugares cotidianos de los niños, aparece la violación con el uso de la fuerza física como una modalidad frecuente. A nivel clínico esto último permite una elaboración psíquica menos compleja una vez que se logran desgastar los efectos de la irrupción violenta. No obstante seguimos hablando de situaciones de extrema gravedad psíquica.
El abuso sexual infantil está inmerso en episodios de seducción en el marco de una situación afectiva de alta composición transferencial. Es esta situación afectiva la que produce la confusión y consecuente parálisis y sumisión ya que el niño responde con mas afecto y se encuentra con la contundente irrupción de la sexualidad adulta con efectos de desborde psíquico imposible de ser tramitado adecuadamente. Estamos entonces en presencia de un shock traumático con características particulares en el que culpa y disociación ocupan lugares destacados.
La disociación es un esfuerzo extremo de la psiquis que intenta, aunque fallidamente, que el niño pueda continuar con su habitualidad. A la mirada simple se lo percibirá extraño, y sencillamente distinto para quienes están en contacto cotidiano. Es decir, con la personalidad cribada desde la cual hay un constante derramamiento de síntomas y/o indicadores. No hay razones válidas para no advertir que una situación grave ocupa su psiquis.
Pero mas directa aún con la temática que hoy nos convoca es la culpa y su marcada participación en la transformación de la realidad psíquica del sujeto.
La relación afectiva que une al niño con el abusador mas el perverso juego de éste, termina por convencer a la víctima de que ha sido su accionar el que ha motivado al adulto para perpetrar el abuso. Siendo culpable de semejante situación, apenas un paso se necesita para que se establezca un pacto de silencio que posibilita la permanencia de las situaciones de abuso. Si algo de esto trasciende no solo será castigado sino que todo lo que pueda ocurrir en el entorno será su responsabilidad. No olvidemos que hubo una etapa previa de hechizo o encantamiento donde el amor lo dejó a merced de una relación desigual. Reconociendo precisamente esta asimetría es ineludible señalar que la víctima es siempre el niño y el victimario el adulto.
La culpa tramita múltiples sensaciones en la psiquis infantil entre ellas, tal vez la más nociva, la de suciedad. No puede amarse quien transita la vida con psiquis y cuerpo sucio. Un cuerpo sucio es despreciado, odiado, repudiado, a veces negado. La conciencia sucia es campo de angustia permanente. Así se crece. El adulto que ha sido niño abusado, lejos de devenir abusador como sostiene un mito sin ningún fundamento en la clínica y en la teoría es propenso a padecer situaciones abusivas en todos los ámbitos de su vida. Encerrado en esa caja de cristales oscuros que no permiten una mirada distinta supone que la vida es eso, ni más ni menos que un recorrido constante inundado de angustia. No sabe cuidarse ni pretende hacerlo. Porta conductas autodestructivas y de descuido que, de ser exitosas lo librarían finalmente de ese cuerpo despreciable y esa angustia lacerante, a veces amnésica, y por ende más terrible, que siempre está.
Cualquiera de estos momentos, en estado de pico, puede precipitar el acto suicida. La historia clínica hablará de melancolía o depresión endógena.
Hoy intercambiamos sobre prevención del suicidio. Mucho podemos hacer si desconfiamos de estructuras psíquicas inamovibles y con tendencia irreversible a la autodestrucción inmotivada. Hay una película en el cine psíquico del sujeto adulto, abusado cuando niño, que se da en continuado. Es necesario encontrar las herramientas para entrar en la función, transitarla, desguazarla en cada una de sus escenas y restituirle el sentido en un trabajo palabra a palabra con el sujeto sufriente.
Pero hay otra forma más primaria de prevención y más efectiva aún. Escuchar a los niños, valorizar su palabra, darle crédito y contención. Cuando la palabra de un niño circula, cuando siente que su verdad ocupa un lugar en el universo simbólico adulto, cuando se recrean los modos de contención, cuando se lo supone sujeto de derecho, pero no para diseñarle formas penales de incriminación sino para convertir su palabra en plena, estaremos vacunándolo tempranamente contra el suicidio y las conductas autodestructivas.
Buenos Aires, 13 de Septiembre de 2008
Jorge Garaventawlmailhtml:%7B55B0952D-D0E9-42CC-ADF5-A09B714372B2%7Dmid://00000299/!x-usc:http://ar.mc300.mail.yahoo.com/mc/compose?to=jorgegaraventa@hotmail.com.ar

"La erotización de la infancia causa alteraciones físicas y psíquicas a medio y largo plazo" por Alejandra Rodríguez

Elba Degrossi nos manda "La erotización de la infancia causa alteraciones físicas y psíquicas a medio y largo plazo"
Fuente: http://www.elmundo. es/suplementos/ salud/2007/ 702/1174086011. html

La erotización de la infancia causa alteraciones físicas y psíquicas a medio y largo plazo. Ansiedad, depresión, anorexia, bulimia... es el precio que pueden pagar las menores por «jugar» a potenciar su atractivo sexual. La asociación de psicología americana acaba de publicar un extenso documento en el que denuncia una tendencia sexualizadora que capta a población cada vez más joven. Según los expertos, las niñas que sucumben a este influjo, procedente de todos los ámbitos que las rodean, corren un grave peligro.....

ALEJANDRA RODRÍGUEZ

Las pequeñas de la casa no están ocupadas en hacer plastilina, colorear o aprender a montar en bicicleta. Ahora, se empeñan en tener el tipo de Beyoncé, bailar como Shakira, vestir 'tops' y minifaldas que dejen su ombligo al aire y se preocupan por cuándo sus padres les darán permiso para hacerse un tatuaje, un 'piercing' y un aumento de mamas que les permita volver locos a los chicos. Los expertos han dado la voz de alarma ante lo que llaman sexualización precoz de la infancia, concretamente de las niñas. El problema no reside sólo en el hecho de que esta tendencia les está robando una etapa necesaria, como es la niñez. La erotización infantil eleva el riesgo de problemas psíquicos y físicos a medio y largo plazo. Los trastornos de la conducta alimentaria y los complejos estéticos debutan antes. Enfermedades de transmisión sexual y embarazos no deseados están repuntando a causa de conductas inmaduras. Los psiquiatras y psicólogos infantiles tienen las consultas llenas de niñas deprimidas por el tamaño de su pecho o porque los chicos no les piden salir. Todo contribuye a perpetuar la situación de inferioridad de la mujer con respecto al varon y a que crean que sólo a través del sexo serán válidas como personas. Olive es una niña normal de seis años regordeta, con gafas y los dientes separados. Un golpe de suerte la empuja a la final del concurso de belleza más prestigioso del país. Toda la familia se amontona en una vieja furgoneta y pone rumbo a la gran cita, en la que la pequeña y, sobre todo su progenitor (un supuesto especialista en vender técnicas para tener éxito vital), tienen puestas sus esperanzas. En el camino se desata una crisis familiar y los padres están a punto de divorciarse. En esos momentos, la única obsesión de Olive sigue siendo hacer un buen papel. «¿Soy linda abuelo?», le pregunta a su abuelo, que insiste en destacar que ella es bella por dentro y por fuera. En escenas anteriores, la niña ha estado a punto de renunciar a comerse un helado por los estragos que este manjar puede hacer en su figura de cara a convertirse en una reina de la belleza infantil.Muchos habrán adivinado que se trata de la película 'Pequeña Miss Sunshine'; pero quizá no intuyan que el panorama que con tanto sarcasmo se describe en el largometraje estadounidense es asombrosamente real y no sólo al otro lado del Atlántico. De hecho, las televisiones europeas están cuajadas de certámenes musicales en los que los críos bailan, cantan y se expresan como si fueran estrellas en miniatura.ALARMA : Recientemente, la Asociación de Psicología Americana ha hecho público un extenso documento en el que denuncia la tendencia sexualizadora que domina a la sociedad. Concretamente, manifiesta su preocupación por el hecho de que la ropa, los juguetes, los cosméticos, los videojuegos, las películas, los personajes de ficción, los dibujos animados y los medios de comunicación dirigidos a los más pequeños de la casa (en torno a los cuatro años) ya empiezan a hacer énfasis en los atributos eróticos, fundamentalmente de las niñas, y del rendimiento personal que se le puede sacar al atractivo sexual. En definitiva, la sexualidad acaba por excluir a otros aspectos de la personalidad y se convierte en el único parámetro válido para juzgar la valía de un individuo.El informe también avisa de los peligros que acarrea esta tendencia de inculcar poses, actitudes y modos de comportarse propios de una mujer adulta a las niñas; que en el fondo, y por muy insinuante que sea la frase que exhiba en su pequeña camiseta, no tiene la madurez suficiente para asumir este tipo de comportamiento.Ana Salegui, miembro de la Asociación Española para el Estudio de los Trastornos de la Conducta Alimentaria (AEECTA) y especialista en trastornos infantojuveniles lo resume así: «La edad de la adolescencia se está adelantando artificialmente cada vez más. Ahora se maneja el concepto preadolescencia, cuando antes ni se contemplaba y prácticamente no hay niñez. La maduración física, psicológica y social deben ir de la mano, pero solo se está anticipando la primera, de forma que ahora estamos viendo las consecuencias de este desajuste».¿Cuáles son los frutos de incorporar a niños y adolescentes a la vida adulta antes de tiempo que tanto asustan a los expertos? «Aparte de estarles robando la infancia, estas pautas ejercen una influencia nefasta en la formación de la identidad femenina y en las expectativas vitales de las mujeres», resume Mª Jesús Mardomingo, jefa de la Unidad de Psiquiatría Infantojuvenil del Hospital Gregorio Marañón de Madrid.Y es que, en definitiva, las niñas asumen desde que apenas levantan un palmo del suelo que la mujer es un objeto sexual y que será valiosa en la medida que sea atractiva para el varón. Éste a su vez, es empujado a reafirmarse en su rol machista. El documento estadounidense destaca que, desde diversos frentes, se trata de potenciar actitudes en la mujer (candor, inocencia, sumisión...) que fomentan esta situación de dominio e invita a desterrar comportamientos firmes, decididos, autoritarios y de jefatura por calificarlos de poco femeninos o poco atrayentes para los hombres.DEPRESIÓNPor otro lado, reseñan una investigación que evaluó las principales preocupaciones de las crías en el último siglo hasta hoy. Si bien en las primeras décadas las chicas estaban motivadas por sacar adelante sus estudios y portarse bien; en los últimos 20 años las inquietudes giran en torno a su aspecto físico, que se convierte en el eje de su autoestima y superación personal. Según los especialistas, el hecho de no alcanzar estos objetivos que se proponen provoca insatisfacció n, ansiedad y depresión o actitudes depresivas a unas edades cada vez más tempranas.Además, favorece que se descuiden otras habilidades y áreas de desarrollo intelectual y personal. Según parece, muchas niñas no se muestran en absoluto interesadas en hacer deporte, en estudiar o en desarrollar facetas artísticas. «En definitiva, las prácticas sexualizadoras mantienen a las mujeres como objetos de atractivo sexual y de decoración; lo que condiciona la libertad de su pensamiento y evolución en el mundo», escriben los autores del documento.COMPLEJOSSon quizá los problemas más tangibles a la hora de evaluar las consecuencias de la erotización de las niñas pequeñas. Los especialistas llevan años denunciando el hecho de que desde los medios de comunicación se está proponiendo un canon de belleza irreal caracterizado por una delgadez extrema y unas medidas imposibles.De hecho, algunos trabajos han demostrado que, si trasladásemos las medidas de muñecas como la Barbie a mujeres de carne y hueso éstas no podrían caminar porque, simplemente, su columna vertebral no las sostendría de pie.Una fémina real tampoco podría vestirse como muchas heroínas de videojuegos o personajes de dibujos animados porque exhiben ciertos modelos que, aparte de dejar al descubierto más carne de la que tapan, no tienen puntos en los que apoyarse, de forma que son incompatibles con cualquier movimiento.Tampoco es lógico que una niña como la que representan las muñecas Bratz -expuestas en el documento de los psicólogos estadounidenses como el más vivo ejemplo de la erotización progresiva de los juguetes y accesorios de las niñas- vaya maquillada, se tiña el pelo de colores estridentes, vista minifalda o pantalones ajustados, botas de plataforma y, además, lleve su cuerpo tatuado y anillado, incluso en lugares con un claro objetivo sexual (pezones, lengua...).TRASTORNOS FÍSICOSEn cualquier caso, los denodados intentos por conseguir estos ideales han arrastrado a muchas adolescentes a la anorexia y la bulimia clásicas, pero los expertos están verdaderamente aterrorizados porque los patrones han cambiado a una velocidad vertiginosa.De esta manera, aparte de que la edad media de inicio de los trastornos alimentarios ha bajado (ahora se sitúa en torno a los nueve años), «nos enfrentamos a un auténtico cajón de sastre con muchas niñas con trastornos intermedios. No encajan en ningún problema concreto a la perfección, pero tienen rasgos de varios de ellos», resume Carmen González, coordinadora de la Asociación en Defensa de la Atención a la Anorexia Nerviosa y Bulimia (ADANER).En este sentido, los especialistas ya han reclamado que los atracones (comer compulsiva y vorazmente para luego, y aunque no siempre, ayunar o purgarse) sean incluidos en el listado de trastornos de la conducta alimentaria porque pueden ser incluso más peligrosos que los clásicos.Y es que, según sugiere González «los trastornos incompletos no se ven a simple vista, progresan más despacio, no provocan la misma alarma en el entorno que, por ejemplo, una anorexia de manual y las pacientes tardan mucho en pedir ayuda porque no hay sufrimiento [dejar de comer, al fin y al cabo cuesta mucho esfuerzo]»».En realidad, estas chicas son víctimas de la cultura de la rapidez. «Lo quieren todo ya; adelgazar también y para ello no restringen lo que comen, si no que recurren a los laxantes, a los diuréticos y a otros métodos purgativos», apostilla González.No obstante, y a pesar de que sean chicas aparentemente saludables, una bajada de potasio causada por una restricción dietética severa realizada en poco tiempo o por una vomitona mal controlada puede derivar en una parada cardiaca fatal.Por otra parte, y en lo referente al cambio de patrones, también se llama la atención sobre las transformaciones que han sufrido los ideales propuestos y, en consecuencia, las aspiraciones de las niñas.«Antes, las que se desarrollaban pronto eran proclives a sufrir anorexia restrictiva porque no se sentían cómodas con un cuerpo de mujer siendo mentalmente unas crías. Dejaban de comer porque querían perder sus curvas, sus pechos y dejar de ser objeto de miradas lascivas por parte del varón», resume Carmen González.En cambio, el modelo a seguir en la actualidad es una chica alta, filiforme y dotada de unos pechos extraordinariamente grandes para esa constitución; algo prácticamente imposible porque la mama está compuesta en un 90% por tejido graso, mientras el otro 10% es la glándula propiamente dicha. Una persona muy delgada es poco probable que luzca un escote generoso.No obstante, si esta pauta se percibe por parte de chicas cada vez más jóvenes, el riesgo se dispara. «Hay que tener en cuenta que el cuerpo de una niña prepúber almacena grasa para hacer frente al estirón; de manera que tiene bastantes posibilidades de creer que está gorda, algo que se ha convertido en un pecado capital», explica la coordinadora de ADANER.La obsesión por alcanzar estas medidas que, en realidad, son desproporcionadas ha multiplicado las solicitudes de intervenciones de cirugía estética en adolescentes.En EEUU, los implantes mamarios, las rinoplastias y las liposucciones ocupan ya un lugar preferente en la lista de regalos que se solicitan en la graduación, una tendencia que también se está observando en el Viejo Continente; especialmente en España, que se ha convertido en líder en cuanto al volumen de este tipo de intervenciones.«Lo que más nos estamos encontrando son liposucciones, pero el aumento mamario no tardará en aumentar», vaticina la coordinadora de ADANER.En resumen, el hecho de que una niña pase por quirófano para arreglar una supuesta imperfección estética conlleva riesgos psicológicos, dado que estas conductas son adictivas y fomentan la insatisfacció n perpetua, y físicos, ya que su cuerpo todavía no ha terminado de formarse y, en consecuencia, los resultados definitivos de la cirugía pueden ser imprevisibles.ABUSOSLos autores del documento estadounidense han tocado el tema por encima al tratarse de casos extremos, pero no han dejado de mencionar que una maduración psicosexual inapropiada conlleva la adopción de conductas sexuales de riesgo (promiscuidad, descuido de los métodos anticonceptivos. ..) a una edad en la que no se está mentalmente preparado.Ello repercute directamente en el incremento de la tasa de enfermedades de transmisión sexual, en embarazos no deseados y en traumas (violaciones, agresiones sexuales, violencia de género...) relacionados con el ejercicio de una libertad sexual mal entendida. De hecho, las gestaciones de madres adolescentes se han convertido en una preocupación prioritaria en países como Reino Unido.Finalmente, los expertos plantean que la confusión entre la niñez y la edad adulta ha generado paradojas tales como que existan tangas para crías de seis años, lencería de encaje, camisetas con leyendas picantes, incluso, maquillaje; mientras que las mujeres adultas se adornen con iconos infantiles con el objetivo de aniñar su aspecto.En cualquier caso, ambos grupos configuran un repertorio de 'Lolitas' que resulta tremendamente atractivo para muchos varones por diferentes motivos.No obstante, los especialistas advierten de que, si bien normalmente una mujer adulta (aunque haya buscado conscientemente un aspecto o unos ademanes infantiles) puede hacer frente en mayor o menor medida a una agresión sexual, las niñas erotizadas están absolutamente indefensas ante este tipo de ataques porque, al fin y al cabo, siguen siendo sólo unas crías.------------ --------- --------- --------- --------- --------- -Todas las revistas para jóvenes inciden en la conducta sexual En la portada incluyen un aviso de que la publicación no es apta para menores de 18 años, pero lo cierto es que no hay ningún mecanismo de control que impida que una cría de 10 adquiera en el quisco cualquier revista para jóvenes. Con la excusa de desterrar los tabúes en torno al sexo y de fomentar una sexualidad natural absolutamente todas se centran en ello en prácticamente todos los artículos que publican. Sus ídolos (cantantes, actores, modelos...) de la farándula posan en posturas provocativas, se destacan sus frases más picantes y abundan las fotografías con vestimenta y accesorios sexy. Incluso los artículos relacionados con la salud o el deporte están enfocados, por ejemplo, a hacer ejercicio para tener un pecho bonito, un culo de escándalo, a llevar a cabo una penetración anal segura e indolora, etcétera. Cuando se escribe un artículo sobre una deportista se centran demasiado en su vida sentimental y se suelen escoger las fotografías más provocativas. Eso por no hablar de cientos de consejos para ser una atleta en la cama y complacer a los chicos. De hecho, su vida no tendrá un sentido completo hasta que no logren una relación con un varón . La publicidad que incluyen va en la misma línea; modelos semidesnudas ofrecen productos de consumo dirigidos a potenciar el atractivo sexual. En definitiva, se bombardea a las lectoras (la mayoría son chicas) para que toda su vida gire en torno a ello, a buscar la aprobación del varón y que dicha valoración se haga en función de los atributos sexuales, nunca intelectuales o basados en otras habilidades. En opinión de los expertos, habría que articular mecanismos que limitasen el acceso de las niñas a estas publicaciones que, en teoría, están dirigidas a un público de más edad. Sin embargo, lo tienen difícil. 'Siempre que se habla de control se desvirtúa el concepto y salen a la luz términos como censura o libertad de expresión, pero nos tenemos que concienciar de que hacen falta estas restricciones porque no podemos exponer a los menores a un mundo de adultos', afirma la psicóloga Ana Salegui.------------ --------- --------- --------- --------- --------- -¿Qué pueden hacer los padres? El bombardeo erotizador es constante y proviene de muchos frentes. Incluso, los padres contribuyen con su actitud y con hechos aparentemente inofensivos, como vestir a sus niñas de mayores o promover que se maquillen o se pongan tacones de manera habitual, aunque sea para jugar. No obstante, hay aspectos en los que se pueden incidir para evitar la sexualización precoz de sus hijas: a.. Interesarse. Los padres deben procurar estar al tanto de las revistas que leen sus hijos, de los programas que ven, de la música que oyen y de las webs que visitan. Si el contenido no les parece adecuado han de hablar de ello y escuchar lo que los chavales tienen que decir al respecto. b.. Aprovechar lo cotidiano. Es útil procurar ver la tele con ellos y ejercer la crítica de las actitudes que no se consideran correctas, así como los motivos. Hay que cuestionar que si prestan demasiada atención a ciertos aspectos externos, su entorno obviará el resto de su calidad como personas. c.. Hablar. Hay que ser explícito y claro y explicar por qué ciertos programas, prendas de vestir o complementos no son adecuados. También hay que ser igual de concreto al proponer o ensalzar alternativas que contribuyan a destacar una imagen femenina positiva. d.. Comprender. Es normal que las niñas y adolescentes se sientan presionadas por la moda, los medios de comunicación o la pandilla de amigos a la hora de adoptar ciertas actitudes. Hay que ayudar a las pequeñas a escoger acertadamente dentro de las tendencias y recordarles que ellas serán lo que quieran ser y que eso es más importante que el aspecto externo que exhiban. e.. Animar. Es recomendable tratar de encauzar a las crías hacia actividades que hagan énfasis en el talento y en otras habilidades diferentes a la mera estética. En este sentido, el deporte y las artes plásticas son una alternativa idónea. f.. Educar. Hablar de sexo con los hijos es una tarea incómoda, pero es necesario abordarla con naturalidad, sin tabúes y encuadrando la sexualidad dentro de una vida saludable, íntima y, sobre todo, madura y satisfactoria. Desde los tres años ya se puede empezar a comentar temas sexuales con los niños para lograr que esta faceta de la vida contribuya a su felicidad y no a sus traumas. g.. Ser realista. Es necesario que las niñas sepan que las muñecas, los dibujos animados, los personajes de los videojuegos y lo que ven en la mayoría de los anuncios publicitarios no es real. Si las medidas o el aspecto de estos iconos se trasladasen a una persona no podrían sobrevivir (por ejemplo, una mujer como Barbie se partiría en dos). h.. Dar ejemplo. Haga un repaso de los productos que compra, de los hábitos que mantiene, de los valores que transmite o de los programas que ve en presencia de sus hijos. Ellos imitan su conducta porque los padres son su espejo

DISCURSO Y GÉNERO – LA MICROVIOLENCIA "NATURAL" por Lic. Silvia C. Scheider

Elba Degrossi nos manda "DISCURSO Y GÉNERO – LA MICROVIOLENCIA ‘NATURAL’ "

Lic. Silvia C. Scheider
Psicoterapeuta sistémica
Titular cátedra Psicología de la Familia
Universidad del Salvador sede Bahía Blanca
kscheider@bvconline.com.ar

Resumen
Se denominan ‘microviolencias’ aquellas prácticas sociales que de forma subrepticia y por ello doblemente peligrosas, se filtran en las distintas formas comunicacionales y constituyen narraciones donde la construcción imaginaria de ‘la mujer’ queda atrapada en el estereotipo del rol de cuidadora maternal, inferiorizada frente al dominante discurso patriarcal.
Propongo un rápido rastreo de este tipo de ocultamiento semántico a través de los libros de textos, a través del lenguaje periodístico, a través de las publicidades que se ven en la televisión. Imágenes como ‘la maestra como segunda mamá’, problemas matemáticos donde invariablemente son ‘la mamá’ con su hija las que hacen los cálculos para hacer una comida o suman y restan en el supermercado haciendo las compras hogareñas, mientras el padre y su hijo hacen cálculos para saber cuántos ladrillos se necesitan para levantar una pared, muestran el universo discursivo donde se asientan inequidades de género, imponiendo lo privado como ámbito femenino y lo público como espacio masculino. Llamar ‘crimen pasional’ a lo que en realidad es un femicidio, o mostrar imágenes publicitarias donde a las niñas y mujeres les cuesta mas que a los varones tener logros y desarrollar habilidades y competencias mas allá de la crianza de sus hijos, o la limpieza de su casa, son formas naturalizadas socialmente sobre las que se asientan practicas de dominio y control social.
Palabras clave: microviolencias – discurso – género – ocultamiento semántico – universo discursivo - femicidio – dominio – control social

Abstract
We denominate ‘microviolencies’ those social practices that in a surreptitious way, and for that reason doubly dangerously, filter in the different communicational expresions and constitute narrations where the imaginary construction of ‘the woman' gets involved in the stereotyped roll of maternal nursemaid, being considerated inferior besides the dominating patriarchal discourse.
I propose a fast tracking of this type of semantic concealment through text books, newspapers language, and the commercials we can see on the tv. Images like “ the teacher like a second mum”, mathematical problems where invariably “mum and her daughter” are those who calculate recipies in order to make a food, or add and substract in the supermarket while doing the house shopping, while the father and his son are calculating how many bricks are needed to raise a wall; show the discourse universe where gender unequity imposes the “private area” as feminine and the “public area” as the male space. Calling “passional crime” to which in fact is a femicide, or showing commercial images where it is more difficcult for girls and women to achieve and develop abilities and competitions further than raising their children, and make the house cleaning, are socially naturalized terms of social control and domination.
Key words: microviolencies – discourse – gender – semantic concealment – discoursive universe – femicide – domination – social control



Introducción


Desde mi práctica y mi teoría como psicóloga clínica especializada en familias y parejas , y desde mi propia perspectiva sistémica, relacional y narrativa es que me propongo aportar algunas reflexiones acerca de la violencia invisible, minúscula, casi mínima, pero no por eso menos efectiva. Estas prácticas sociales se han dado en llamar ‘microviolencias’ o ‘micromachismos’, en plural, dado que se despliegan en múltiples segmentos de la vida cotidiana. Así es como los micromachismos o microviolencias se incluyen en el discurso social imperante; pero lo interesante es que también el lenguaje puede y debe cambiar ese discurso, nombrando y construyendo un mundo equitativo.

A lo largo de este texto se empleará el término ‘microviolencia’ análogamente al concepto de ‘micromachismo’ acuñado por el Dr.Luis Bonino como: “...(las) prácticas de dominación y violencia masculina en la vida cotidiana, del orden de lo "micro", al decir de Foucault, de lo capilar, lo casi imperceptible, lo que está en los limites de la evidencia. El prefijo "micro" del neologismo con el que nombro a estas prácticas alude a esto...(incluyendo) "machismo" en el término acuñado porque, a pesar de ser una palabra de significado ambiguo (en tanto designa tanto la ideología de la dominación masculina como los comportamientos exagerados de dicha posición), alude en el lenguaje popular, a una connotación negativa de los comportamientos de inferiorización hacia la mujer, que era lo que quería destacar en el término...(y) comprenden un amplio abanico de maniobras interpersonales que impregnan los comportamientos masculinos en lo cotidiano” [1]

La elección del nombre de este trabajo, implica un juego de palabras y un intento de ironizar sobre el mismo concepto, ya que aludo como ‘natural’ a esta práctica discursiva que, en tanto discursiva, es cultural.

Sin embargo, a fuerza de su permanente invisibilización, de tan ‘naturalizada’ que se halla como práctica, se nos hace muy difícil su visualización, en cualquiera de los contextos donde se ancla. Es de tal magnitud su extensión, que a los fines de este trabajo que es solo aproximativo, propongo recorrer tres ejes donde este discurso ‘invisible’ se despliega: el lenguaje policial periodístico, el lenguaje de los textos escolares y el lenguaje visual de los comerciales de televisión.

Las palabras nunca son inocuas. Tampoco lo son los comportamientos. Si sostenemos que toda conducta es un mensaje y que no es posible no comunicarnos, comprenderemos que todo comportamiento humano es una práctica comunicacional, donde las palabras, los gestos, los silencios, el contexto son el único ‘espacio’ posible donde nuestra existencia se desarrolla. Es en ese espacio narrativo, donde fluye la experiencia humana, y de esas narraciones se nutren y al mismo tiempo retroalimentan todos nuestros intercambios.
Como psicoterapeuta, opero desde la pragmática de la comunicación humana, esto es, desde los efectos que produce el acto comunicacional. Efectos causados, de manera invisible, por las llamadas ‘trampas del lenguaje’. Siguiendo nuevamente a Bonino: “...(los micromachismos) son microabusos y microviolencias que atentan contra la autonomía personal de la mujer, en los que los varones, por efecto de su socialización de genero son expertos; socialización que, como sabemos, esta basada en el ideal de masculinidad tradicional: autonomía; dueño de la razón, el poder v la fuerza, ser para si, y definición de la mujer como inferior y a su servicio. A través de ellos se intenta imponer sin consensuar el propio punto de vista o razón...Destinados a que las mujeres queden forzadas a una mayor disponibilidad hacia el varón, ejercen este efecto a través de la reiteración, que conduce inadvertidamente a la disminución de la autonomía femenina, si la mujer no puede contramaniobrar eficazmente.
Aun los varones mejor intencionados los realizan, porque están fuertemente inscritos en su programa de actuación con las mujeres. Algunos micromachismos son conscientes y otros se realizan con la "perfecta inocencia" de lo inconsciente.
...Puntualmente, estas maniobras pueden no parecer muy dañinas, incluso pueden resultar naturales en las interacciones, pero su poder, devastador a veces, se ejerce por la reiteración a través del tiempo, y puede detectarse por la acumulación de poderes de los varones de la familia a lo largo de los años”.[2]

Sostengo que estas ‘trampas’ del lenguaje se generan y a su vez generan más y más situaciones de microabuso y microviolencia.

Si bien quienes nos dedicamos a trabajar con esta temática estamos familiarizados con los efectos que estas ‘trampas’ generan, en tanto sujetos producidos en y por el universo discursivo, no somos ajenos a la ceguera y anestesia que ellas imponen. El ejemplo mas sencillo es la fórmula de cortesía ‘señorita’ y señora’ para las mujeres, y ‘señor’ para los hombres, sea cual fuere su estado civil. La fórmula de tratamiento y cortesía para las mujeres se construye en base a su relación con un hombre. No se define por sí misma. El varón se define como absoluto y la mujer como relativa. Esta trampa, sutil, casi ‘insignificante’ es en cambio portadora de todo un mundo de significados.

¿“Crimen pasional” o femicidio?

Dentro de la microviolencia de género cotidiana, la forma en que los titulares de los periódicos y los noticieros de la televisión denominan a los asesinatos perpetrados por hombres contra mujeres constituyen una eficaz maniobra para naturalizar e invisibilizar un tipo de violencia cuyas víctimas son mujeres entrampadas en relaciones de pareja donde el maltrato, en cualquiera de sus posibles presentaciones, forma parte de la cotidianeidad. Son las “relaciones infames” que magistralmente describiera la Dra. María Cristina Ravazzola.[3] Pero no es en este trabajo donde quiero hablar de la naturaleza de estas relaciones infames, sino mas bien de cómo la forma de denominarlas incide en el imaginario social, y éste a su vez construye descripciones de la realidad que apuntan a desincriminar y casi disculpar al perpetrador.

¿Qué universo de sentido se esconde debajo de la expresión “crimen pasional”?
¿Qué nos evoca el término ‘pasión’? Posiblemente imágenes relacionadas con ‘torbellino’, ‘descontrol’, ‘irrefrenable’. La ‘pasión’ es lo contrario de la ‘acción’, las ‘pasiones’ se ‘padecen’, se sufren casi. El individuo así resultaría ‘gobernado’ por esa fuerza, externa a sí mismo, llamada ‘pasión’. Habitualmente relacionamos el término con lo incontrolable del impulso amoroso. Remite también a la idea de amor romántico, y efectivamente es desde allí de donde parte la noción del sujeto ‘invadido, irremediablemente’, por el amor, y alejado de la posibilidad de poner coto y cordura a ese desborde de sus sentimientos. ‘Dominado por sus pasiones’. Es la pasión la que nos permite el apego no solo en el terreno de la pareja. También se experimenta ‘pasión’ por el deporte, o por el estudio, y puede haber hasta ‘lectores apasionados’ y ‘novelas apasionantes’, y hasta biografías que relatan la ‘apasionante vida’ del biografiado. ¿Pero qué le sucede al ‘apasionado’ sujeto de la historia policial? Comete un crimen. Mata. Pero mata víctima, él, de un impulso irrefrenable. Mata, pero presa de ‘emoción violenta’, que tal vez hasta sirva de excusa legal, si por acaso ultima a su mujer porque descubre que ella lo engaña. Mata, pero su acción se disimula por su pasión. Mata, pero, pobre, está ‘enfermo’ de pasión. Mata, pero sin saber casi lo que hace, dado que la pasión lo invade. Mata, como seguramente antes habrá golpeado, víctima, él, de su impulso irrefrenable. Tal como lo describen las mujeres víctimas de violencia en la pareja: “en el fondo es bueno, pero no se puede controlar”. Todo esto y seguramente mucho mas, es lo que esconde la ‘simple’ expresión “crimen pasional”.

Veamos qué sucede con el término “femicidio”. Si tratamos de ubicar el vocablo en la vigésima segunda edición del Diccionario de la Lengua Española de la Real Academia Española, versión on line, directamente la palabra no existe. Sin embargo...“ en el 2001 fue tipificado por la ONU, entidad que definió este delito como ‘El asesinato de mujeres como resultado extremo de la violencia de género que ocurre tanto en el ámbito privado como en el espacio público’. Comprende aquellas muertes de mujeres a manos de sus parejas, ex parejas o familiares, asesinadas por acosadores, agresores sexuales y/o violadores, así como aquellas que trataron de evitar la muerte de otra mujer y quedaron atrapadas en la acción del femicida”. [4]

Pero en tanto y en cuanto el término no se popularice, la realidad que éste designa directamente no existe. No hay por lo tanto femicidios dado que nadie los designa como tales. Homicidios existen, y se aplican a toda la humanidad, tanto como el genérico ‘hombre’ designa a toda la humanidad...pero ¿qué segmento de la realidad quedará oculto, velado, si no nombramos la violencia extrema contra las mujeres?


“Mi mamá me mima” o la construcción social del estereotipo

Aunque casi nadie lo sabe, el 5 de agosto del año 2000, la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires promulgó la ley 481 que crea el “Programa para la eliminación de los estereotipos de género en textos escolares y materiales didácticos”.
Pese a lo ambicioso del nombre, los estereotipos de género gozan de excelente salud, y siguen allí, en los textos, en los enunciados de los problemas de matemáticas, en los relatos históricos, en las planificaciones sobre actividades de educación física, y lo que es peor, aún la perspectiva de género no se incluye en la currícula de los profesorados de donde egresan los docentes de cualquier nivel, ni mucho menos en la educación universitaria.
Es un ejercicio microviolento, precisamente, inducir la construcción imaginaria de distintos espacios para la mujer y el hombre, en los cuales el ámbito propicio para el desarrollo femenino sigue siendo ‘el hogar’ y el ámbito masculino de desarrollo es el ‘mundo externo’. Igualmente lo es seguir ‘mostrando’ actividades mas ‘propias’ de la mujer que del hombre, y ‘maternizar’ lo femenino sacralizando su rol en ‘la familia’, dejando las actividades ‘productivas’ para el varón. Se propaga así el estereotipo del ámbito ‘productivo’ para el hombre y el ámbito ‘reproductivo’ para la mujer.

¿Cómo encontramos estos estereotipos? El investigador Carlos Ivan García Suarez, en una entrevista publicada por la versión virtual de El Monitor, revista del Ministerio de Educación de nuestro país explica: “... miramos un gran número de mecanismos, tales como las formas de interacción, el tono de la interacción, los roles y formatos de la participación, los juegos del lenguaje. Por ejemplo, hay una mayor legitimidad a un contacto más afectivo-emotivo entre mujeres, pero esto no ocurre entre los hombres. Hay una alta naturalización de la idea de que masculinidad va ligada a la rudeza, a la competitividad. Otro detalle es la construcción del cuerpo, la construcción del pudor femenino versus una alta laxitud en lo que los hombres muestran o no muestran. Hay una mayor regulación de los comportamientos de los cuerpos de las niñas que de los niños...Hay normativas que dicen que las niñas no pueden usar maquillaje, o que la falda tiene que estar dos centímetros por debajo de tal parte. También se usan expresiones como "una niña no se sienta así", "una niña no muestra las piernas"...Otro dato notable es que algunas funcionalidades se inscriben de manera diferenciada en hombres o en mujeres. Por ejemplo, los hombres tienen mucho más el control disciplinario, mientras que en las celebraciones escolares son las mujeres las que se encargan de la comida, de atender a los invitados, cosas que pertenecen más a un rol de domesticidad...”[5]

En los enunciados de los problemas de matemáticas, invariablemente vemos a “la mamá” y a una niña, haciendo cálculos para cocinar una torta...y a un niño y su padre o su tío, calculando la cantidad de ladrillos necesarios para construir una pared.
Las profesiones femeninas siguen siendo “médica, dentista, abogada”, y todavía no se ven mujeres en el campo de las ciencias ‘duras’ o la investigación. No vemos en los manuales de la primaria mujeres matemáticas, físicas, o ingenieras, lo cual refuerza el mito de que ‘a las chicas les cuestan mas las matemáticas’, con lo que se induce a la idea de que los varones son mas ‘racionales’ y dado que el modelo del pensamiento científico sigue siendo el de las ciencias exactas, se induce a considerar que los varones son “mas inteligentes”.
En los libros de texto escolares siguen siendo ‘las mamás’ las que llevan a los hijos al médico, o al dentista, aunque trabajen fuera del hogar, con lo que se naturaliza desde temprana edad que las mujeres ‘deben’ tener una doble carga horaria. Los padres ahora cambian pañales, o ‘ayudan’ en las tareas domesticas; pero raramente faltan a sus trabajos para cuidar a un hijo enfermo.
En el áreas de historia o ciencias sociales, invariablemente las, mujeres son ‘damas’ que donan joyas o bordan, o se dedican a la beneficencia, o animan reuniones sociales y tertulias donde son los hombres quienes hablan de política y deciden ‘los rumbos del país’.
El panorama en los libros de texto de biología que se utilizan en la escuela secundaria no es mas alentador. Las imágenes o dibujos con que se grafican los cuerpos humanos y sus distintos órganos es invariablemente masculina, salvo cuando se habla de órganos sexuales femeninos. El aparato circulatorio, el sistema nervioso, los pulmones...son siempre pulmones de hombre dibujados en imágenes de varones.
Y si de los órganos sexuales femeninos se trata...el clítoris no se nombra! Por increíble que parezca, los pocos gráficos que muestran los órganos genitales externos de la mujer, desconocen al principal órgano del placer femenino. Y ya sabemos, lo que no se nombra...no existe.

“Me gusta ser mujer”

No es novedoso el estudio de la imagen femenina en el discurso publicitario; ni el análisis de la reproducción de estereotipos; pero lo que propongo es una rápida observación de la práctica microviolenta escondida detrás de este discurso.
Microviolenta en tanto sostiene y universaliza la supremacía masculina en las tomas de decisiones ‘importantes’, relegando a la mujer para la toma de decisiones ‘menores’, que son las que a ‘ellas’ les ‘corresponde’ tomar. Remarca el rol femenino materno y dicotomiza al género femenino entre mujeres ‘deseables’ y mujeres ‘maternas’.
Yogures, detergentes, cremas, champúes, quitamanchas pueblan, en apariencia, los ‘deseos’ femeninos. Fragancia, limpieza, pureza, blancura, claridad, alegría, cuidado, podrían ser algunas de las imágenes que se construyen sólo mirando por unos minutos los comerciales de la televisión. En estos casos (en estos productos a la venta debería decir...) el hombre invariablemente es como un niño tonto que se mancha la ropa y que es incapaz de limpiarla, y que le ‘brinda’ a la mujer el lugar de ser ‘sabia’ y le posibilita quitar esas manchas ‘rebeldes’ que él, presumimos, no tendría tiempo de quitar, porque esta ‘realmente’ muy ocupado ‘trabajando’. Con esto se desvaloriza el trabajo doméstico de la mujer, dado que no parece ser ‘un trabajo’ (no está remunerado) e induce la manipulación ya que se muestra que las tareas domésticas se deben hacer ‘alegremente’ y sobre todo ‘con amor’.

Como ejercicio práctico, propongo quitar el audio durante los comerciales durante una tanda publicitaria y sólo mirar las imágenes. Allí se podrán apreciar en toda su magnitud las imágenes constitutivas de un discurso plagado de estereotipos, construido y generador al mismo tiempo con / de ideas acerca de lo femenino que simplemente oscilan entre la dicotomía de la mujer objeto sexual (la prostituta) y la mujer “virgen y madre”, ‘asexuada guardiana de la limpieza y el orden de su hogar’.
Sobre la mujer sexuada, la publicidad ronda sobre automóviles... automóviles y mas automóviles...además de algún que otro perfume o desodorante (para hombres) y alguna que otra marca de relojes (para hombres también) y por supuesto, cerveza...salvo las tandas incluidas en los programas de entretenimientos familiares, en las que las ‘promotoras’ (que por supuesto no hablan) muestran, sonrientes y haciendo mohines, generalmente paquetes de yerba mate, o de café. En esos programas, los televidentes son de ambos sexos, de mediana edad, y el mensaje suele estar dirigido al varón (la promotora es bella, sugerente, se muestra semidesnuda), el producto de consumo es ‘familiar’, y se supone que la esposa del señor, jefe de la familia, se va a identificar con la bella promotora y si ‘le compra’ a su marido ‘esa marca’ de café, él la va a ver como una bella jovencita dispuesta a ‘todo’. Además, el señor es ‘seducido’ para que compre (esa es la finalidad de cualquier publicidad) , y por supuesto que para seducirlo, no se pone en pantalla a una respetable señora entrada en años y en carnes (como probablemente sea o vaya a ser su cónyuge) sino que se apela a la ‘mujer fácil’, en oposición a la respetable ‘señora de su casa’. La ‘señora de su casa’, no seduce a nadie. Pero lava, plancha, cocina y si la suciedad es ‘rebelde’, ella tendrá que apelar a que aparezca un super héroe (Mr. Músculo)[6] y al ayude a dominar tanta rebeldía ya que ella sola no puede. La microviolencia se asienta allí donde la mujer ‘no puede sola’, y debe ser ‘ayudada’. Esto la infantiliza y coloca al varón en el lugar de ‘pater familia’.
Estas construcciones sociales generan imágenes mentales incuestionadas e incuestionables...nadie esperaría que la mujer ama de casa se perciba a si misma como sexuada y erótica...ni que la promotora erótica se especialice en quitar manchas....Pero además, se denigra la imagen de la mujer en tanto erótica, dado que el ‘señor’ no elegiría a esa hermosa muchacha para ‘casarse’ y ‘formar una familia’. El uso microviolento del discurso publicitario estimula que haya mujeres para ‘casarse’ y mujeres con las que fantasear escenas sexuales. Justifica de una manera muy sutil la infidelidad (masculina), naturalizando el deseo hacia mujeres-objeto, las cuales son construidas por el mismo discurso que desesexualiza y deserotiza a la ‘esposas y madres’.


Conclusiones

Luego de todo lo expuesto, las conclusiones son casi obvias: no sólo estos ámbitos discursivos no son ni inocuos ni ingenuos, sino que la construcción social de la mujer sigue estando en manos de quienes se esfuerzan por mantener el statu quo y el sistema hetero patriarcal vigente. Las mujeres se muestran desde estos ámbitos tan populares, siempre, de una manera invariable: heterosexuales, en posiciones subalternas al varón, dedicadas o al hogar o a la seducción, ejerciendo profesiones donde se siguen remarcando las ‘habilidades innatas’ para el cuidado y la protección de sus semejantes, y si resultan asesinadas, se encuadra esto como un ‘desborde de la pasión’ masculina, y nunca como una muestra de lo irreductible de la violencia de género.

El ámbito académico por supuesto no tiene una llegada masiva, seguimos siendo una abrumadora minoría las mujeres que estudiamos y nos desarrollamos profesionalmente, frente a nuestras congéneres mucho menos favorecidas en lo social, lo económico, lo educacional. La pobreza, la marginación, el escaso acceso a la salud y al control de la natalidad siguen siendo espacios invisibilizados que salen a la luz periódicamente en los discursos pre - electorales, o en los enunciados de políticas públicas que tampoco hacen de la cuestión de género un punto crucial en sus ‘agendas’. Es por ello que considero que así como existe la microviolencia ‘naturalizada’, podemos y seguramente ‘debemos’ generar prácticas si se quiere ‘microdiscursivas’ en nuestros ámbitos de acción a fin de visibilizar estas trampas del lenguaje. Cada una y cada uno de nosotros debería estar capacitado para develar estas microviolencias o micromachismos a nuestros alumnos, nuestros pacientes, y a nuestra comunidad en general, colaborando aunque sea desde espacios también ‘micro’ a la construcción de un universos discursivos mas justos, mas equitativos, mas solidarios. Como ejemplo, propongo comenzar a utilizar genéricos como “la humanidad” en vez de decir o escribir “el hombre”, “la adolescencia” en vez de “los adolescentes” , “el alumnado” en vez de “los alumnos”, a fin de hacer visible, nada menos, que a la mitad del género humano.


Bibliografía

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Bonino Mendez, Luis. Micromachismos: La violencia invisible en las parejas, en Corsi, J.). La violencia masculina en la pareja. Madrid: Paidós, 1995
Corsi, Jorge. Violencia familiar. Una mirada interdisciplinaria sobre un grave problema social. Buenos Aires, Paidós, 1997
Corsi, Jorge. Violencia masculina en la pareja : una aproximación al diagnóstico y a los modelos de intervención / Jorge Corsi, Mónica L.Dohmen, Miguel Angel Sotés y Luis Bonino Méndez — Buenos Aires : Paidós, 2006
García Suarez, Carlos Ivan, entrevista de Ana Abramowski en E Monitor, número 11 año 2007
Gergen, Kenneth. El yo saturado, Barcelona, Paidós, 1992
Ravazzola, M.Cristina. Historia infames: los maltratos en las relaciones, Buenos Aires, Paidós, 1999
Watzlawick, Paul. El Lenguaje del Cambio. Herder. Barcelona. 1990
Watzlawick., Paul. Teoría de la Comunicación Humana. Herder. Barcelona. 1991
Watzlawick, Paul. “La realidad inventada” . Buenos Aires. Gedisa, 1988.

[1] Luis Bonino Mendez, Micromachismos: La violencia invisible en las parejas, en Corsi, J. (1995): La violencia masculina en la pareja. Madrid: Paidós.

[2] Luis Bonino Mendez, op.cit.

[3] Ravazzola, María Cristina. Historia infames: los maltratos en las relaciones, Buenos Aires, Paidós, 1999

[4] Sandra Anabalón: Femicidio, la violencia tiene nombre, agosto 2007 en: www.rompiendoelsilencio.com.cl
[5] García Suarez, Carlos Ivan, entrevista de Ana Abramowski en El Monitor, número 11 año 2007, Ministerio de Educación www.me.gov.ar/monitor/nro11/entrevista.htm
[6] Marca comercial de un detergente limpiador que aparece en los comerciales actuales de la televisión argentina como un dibujo animado sobreimpreso al film donde se puede ver a la mujer atribulada y casi desesperada sin saber qué hacer con la suciedad de la cocina.